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viernes, 10 de octubre de 2025

Con los ojos muy abiertos, 10

 



Foto: Fernando Alda




X


Si no es la lluvia la que me nombra,
desconozco esta presencia,
como si abril se encarnase
en las raíces del idioma
y un poema brotase
cerca, en el paladar o en estos 
labios lívidos, tal vez
de plomo, en los que florece
tanta soledad.


Fernando Alda




Con los ojos muy abiertos, 9

 



Foto: Fernando Alda


IX



Un único sentido,
sobran las veletas,
que todo lo enredan,
y es azul la tarde,
con todos los caminos abiertos.
Anochece y en la alameda
alguien escribe mi nombre.


Fernando Alda

Con los ojos muy abiertos, 8

 



Foto: Fernando Alda



VIII




No insistiré en pedir clemencia a los hombres,
ya la obtuve; el tiempo me perdonó
algunos años que ahora son
desmemoria, un inútil 
alarde, aurora infértil,
palabras que ya no nombran.


Fernando Alda

Con los ojos muy abiertos, 6

Foto: Fernando Alda

VI



No estoy muy seguro,
pero he perdido las estrellas,
el ulular del viento
ábrego que me despierta
cada mañana.
He salido a buscar todo aquello
que perdí en las orillas del mar,
allí donde mueren las sirenas
y las caracolas, y aún
no he regresado.


Fernando Alda





Con los ojos muy abiertos, 5

 



Foto: Fernando Alda



V


Orson Welles viene a mis 
ojos tras las campanadas a media noche
que rodó en Ávila,
y le oigo decir que le hubiese
gustado habitar estos muros,
este lugar en las alturas,
extraño y trágico,
como así le parecía,
y así me parece a mí también
en ocasiones, tan hermoso,
en el umbral mismo de los cielos.


Fernando Alda


miércoles, 8 de octubre de 2025

Con los ojos muy abiertos, 4

 


Foto: Fernando Alda




IV


Alta se abre la ventana
por la que se asoma
el sueño nocturno, el recuerdo
de la primera nieve que vi
caer en la infancia,
ya no se cuándo,
tal vez en Ávila, en un año
impreciso, con los ojos
muy abiertos, acaso comprobando
los límites del croquis del mundo.
Solo se que era por Navidad,
y que el corazón ya me ardía,
como a las figurillas de barro
pobre del Belén que aún conservo
a resguardo entre el serrín de la memoria.


Fernando Alda

Con los ojos muy abiertos, 3




Foto: Fernando Alda




III





Sobre estos muros, hoy derruidos,
se sostiene mi deseo, la voz
que debo al viento, la voluntad
de seguir caminando. Viene
de muy lejos el agua para besar
estos pies cansados de senderos
sobre los que me levanto cada mañana,
y en el frescor con el que riega
lo que aún es el huerto,
de tierra oscura, en el que crece
mi palabra, hay frutos que van
sazonándose en un eterno verano.


Fernando Alda