XXV
En el damero de la memoria
nunca se pone el sol,
no hay derrota, es victoria
alada la vida y fluye el don
de lo que es perpetuo. Voy derramando,
como si de lluvia se tratase,
laureles y triunfos,
en este desfile
de cuádrigas y falanges;
memento mori, dicen a mi espalda,
junto al oído,
mas hoy el día de gloria se encumbra
hacia los arcos que visten el cielo,
y aunque mañana
ya será pasado, no habrá muerto.
Fernando Alda






