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lunes, 30 de enero de 2023

La Casa de las Tres Chimeneas, 20 / Y así la tarde...

 


En el filo de la navaja
está el helor de un verso
 que amanece, la dudosa
luz que alumbra las alcobas
ciegas de una mañana
recién estrenada,
con las manos
en los bolsillos del pantalón, 
rebuscando, 
acaso,
un viejo papel
en el que escribiste
el número de teléfono
del destino,
para llamar en caso de urgencia,
y solicitar una aurora
boreal o bien un abrazo.
Y así, la tarde, luego, 
cómo esperando.


Fernando Alda


jueves, 26 de enero de 2023

La Casa de las Tres Chimeneas, 19 / Esplendor

 





Entre la niebla,
el esplendor de una flor de fuego,
la voz que convoca en el amanecer
incógnito, acaso
la mirada que vas dejando
entre los restos de las nubes
que ardieron en el último
atardecer. Son recuerdos
cómo pétalos de rosas
que se ajaron en jarrones
olvidados, la mano
temblorosa con la que acaricias
la inútil espera de la nieve
o la sinrazón.


Fernando Alda 


martes, 24 de enero de 2023

La Casa de las Tres Chimeneas, 18 / La soledad en la que te despeinas

 




Asoma lluviosa la mañana,
tras una noche de estrellas
fugaces, como el deseo,
asomado a un balcón
sobre lo que pudo ser
escarcha y ahora no es más
que cenizas otoñales,
oros viejos, ocres
gastados que en las arboledas
encienden lágrimas
de esperanza y de júbilo.
Ese cantar antiguo
que sobrevuela los tejados
del día y es la voz de los héroes,
estandarte, una nube
que no vuela en bandada,
y libre acoge la soledad
en la que te despeinas.

Fernando Alda 

miércoles, 18 de enero de 2023

La Casa de las Tres Chimeneas, 17 / Brasas de otoño

 


En tus ojos alumbran
las brasas de un otoño
último, como un escorial
de voluntades y de hojas
que esperan morir,
en la frontera de los espejos, 
laberinto de ausencias,
ese abrazo recobrado
en la noche de los tiempos,
en el mar que es como un escudo
contra la muerte. Es el meridiano
de la desmemoria,
un poema al alba
recitado por los labios
de la noche que fenece.
Acaso no encuentres
el origen de todo cuanto
te pertenece, los caminos 
del viento, las sendas
del agua que siempre
está en viaje, o tal vez
en el corazón te palpita
el aliento del vino que no bebiste, en el atardecer
que habita la hiedra
impenetrable de un eterno final.


Fernando Alda 

viernes, 13 de enero de 2023

La Casa de las Tres Chimeneas, 16/ Agua amarga

 



Dibujos de fuego, 
sombras de aire,
la eternidad en la palma
de la mano, un río de luz
entre las nubes del olvido.
Palabras como ascuas, 
en la colisión del agua
con la arena de toda orilla,
y es entonces, en ese instante,
en el que sueñas con el amanecer
que se acerca, la noche en llamas
de estrellas, en el respirar
de estas soledades que te rodean,
cuando apreciarás
el sabor del agua
amarga de un invierno
muy largo, tan extremo
cómo el deseo que albergas
de llegar al centro de este desierto
de mariposas y esparto.
No es nada, dices, 
cómo si no importase,
y escribes, entre estas brasas
de niebla, todos los nombres
que recuerdas haber pronunciado.
En el paisaje, una lágrima,
un adiós, un recuerdo
cautivo, la sola claridad
que nos bendice y rodea.


Fernando Alda 

lunes, 9 de enero de 2023

La Casa de las Tres Chimeneas, 15 / Esa luz...

 



No es posible encontrar
el envés del aire y, sin embargo,
existe. No conoces
el camino que tomarás
al día siguiente,
pero está trazado.
Cuando enciendes el fuego del recuerdo
no sabes qué moradas de tu alma
va a calentar, pero las ascuas
vuelven a arder. Y, si llueve,
el agua llegará al mar,
que nos acoge.
Dios siempre te ama
y en su amor está la Vida.
Esa luz que siempre es alba
y no tiene ocaso.


Fernando Alda

miércoles, 4 de enero de 2023

La Casa de las Tres Chimeneas, 14 / El alba despierta


 Sobre el tejado húmedo,

el alba despierta
un nuevo día en el que creer,
como lo hacen las veletas
cuando el viento las desmelena,
en que la poesía
viene con la luz primera,
con el esplendor que los vencejos
imprimen en el cielo,
azul y limpio,
como soñado, 
junto a estos muros tan antiguos
que apenas sostienen su ruina.
Y todo parece verdad,
hasta el pozo en el que el agua
oscura retiene los reflejos
nítidos del día que estamos
estrenando. O luz o nada,
y en el olmo viejo
las hojas parecen sangrar.


Fernando Alda