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martes, 8 de julio de 2025

Almenaras de sombra, 40

 


El resplandor de la lumbre

en una noche de invierno,
como el teatro del mundo.
Escribo aún cartas a nadie,
que dejaré en el correo del viento,
y serán esperanza o nada,
para ti, que quisieras leerlas.
Mientras ese día llega,
antes de que las sienes se vuelvan
plata antigua, te dejo
alguno de mis poemas.


Fernando Alda


Almenaras de sombra, 39

 


Senderos de penumbra,

los ojos casi velados
con los que me asomo a lo que
me circunda, apenas sombras,
jirones de tinieblas,
aunque en mi corazón,
os lo aseguro,
arde la alegría.


Fernando Alda

Almenaras de sombra, 38

 


Mirar hacia lo lejos,

a las colinas, a la ermita en el otero,
al verde pinar,
al oro que espejea en los campos,
aguardando la siega.
Adivinar luego, como en un juego,
lo que será
invierno, la cellisca,
el lanzazo del hielo en el costado,
como el olvido
que se olvida, en una mesa,
tal un ramo de violetas,
sobre un poema, junto
al retrato en sepia de cuando fui un niño.


Fernando Alda


Almenaras de sombra, 37

 




En estos versos, la tristeza

que nombra el exilio
interior. Una niebla
perpetua, en la que se adivinan
luces, como antorchas, o siluetas,
tal vez ascuas,
pero no acabas de ver,
y el agua helada,
entre los hilvanes que sostienen
mi ánima.


Fernando Alda

Almenaras de sombra, 36

 




Busco, quiero hallar,
hallaré. Y en el cielo,
las nubes que sueñan
con ser lluvia.


Fernando Alda




Almenaras de sombra, 35

 


Entre las azucenas unos versos,
memoria de la primavera,
cuando es estío,
y solo la sombra puede cobijar
el alma, en la inmensidad
y en la espera. Vendrá la noche,
habrá paz, puede que el silencio
que aguardan mis ojos
interiores, un remanso
que recordase, en el calor,
el hogar de la nieve
y la altura, o solo el deseo
de volver a ver un amanecer más.


Fernando Alda

Almenaras de sombra, 34

 



Solo el agua es vida,
una defensa, para los labios
o los versos resecos,
para el decir, para el soñar,
el esperar, como espero
otras auroras. Solo el agua
lava la sangre detenida,
la palabra coagulada,
solo el agua es como la esperanza,
como una blusa que ondea
al viento, ternura y hogar,
tal la sombra en el atardecer,
solo el agua y Dios nos esperan.


Fernando Alda