Buscar este blog

viernes, 30 de diciembre de 2022

La Casa de las Tres Chimeneas, 13 / Un vilano al viento


 Una libreta con las pastas de hule

negro, la estilográfica de roble
ahumado, esa melancolía que se confunde
con la luz de un día
gris, y, de repente, un poema
sobre el papel, ardiendo
en tinta negra, como una bendición,
o la calandria
que viene a posarse en la línea
imperceptible del alféizar
inescrutado de la memoria.
Acaso así escribes en muchas
ocasiones, cuando en las brasas
del corazón se remueve
el deseo de vivir
y un suspiro, como un vilano
al viento, esparce
la voluntad de abrir los ojos.


Fernando Alda

lunes, 26 de diciembre de 2022

Navidad

 




Cristo, amado mío,
en la noche en que naciste
como hombre,
el más pobre de nosotros,
el más olvidado,
solo dolor de mi dolor,
abandono en mi abandono,
Dios mío, Niño
eterno, con la luz
que trae la espera,
por encima de este paisaje
de soledad y sombras,
como solo sabe el agua 
buscar el río, y luego
el mar, y los cielos,
hágase tu voluntad,
Abba, en el silencio
primero de la Creación.



Fernando Alda

sábado, 24 de diciembre de 2022

Navidad

 


Se enciende en los cristales

de la ventana la nieve
soñando arboledas y ciudades,
el viento que habla
en el alféizar de la ventana,
con el fuego, o es invierno
en los campos y en la espera.
En el corazón, la luz
que viene de lo Alto,
Dios Niño que se hace
como nosotros.
En la noche, la liberación,
más allá de la muerte
y de las estrellas. Y entre
los dedos se deshace el hielo,
esperando alcanzar
el esplendor de la eterna aurora.


Fernando Alda

lunes, 19 de diciembre de 2022

La Casa de las Tres Chimeneas, 12 / El desasosiego de la noche

 




En este cuaderno,

solo la escritura de los pájaros
al caminar por el barro,
palabras, el sol que sale
y se refleja sobre el agua
detenida en los estanques,
ese espejo al que no te atreves
a mirarte.
Y en la escritura,
el desasosiego de la noche,
tan inmensa,
en la que la luna dejó de brillar".


Fernando Alda

viernes, 16 de diciembre de 2022

La Casa de las Tres Chimeneas, 11 / Un brindis de ceniza

 


Hay en el viento

semillas de niebla en su último
despertar, un brindis
de ceniza por los días que ardieron
mientras iban cayendo las hojas
del calendario,
y es en ese instante, que puede
ser el último,
en el que te das cuenta de que ya
no habitas las ínsulas
perdidas entre los meridianos
de la desmemoria y del azar.
Y de entre tus manos
alzará el vuelo una paloma
de esperanza, tal un rayo
de sol junto a los visillos del olvido
o una puerta que se abre
en medio de la desilusión
y por ella regresa la infancia.


Fernando Alda

sábado, 10 de diciembre de 2022

La Casa de las Tres Chimeneas, 10 / En la memoria

 


En la memoria, solo huesos

descarnados, ascuas  de hielo,
andenes vacíos, un amanecer
de aires extraños, la fría
mirada de los árboles en invierno,
cuando no encuentran
acomodo en las  desabridas 
mañanas de los pasos perdidos,
de las telarañas del olvido,
cuando en la desolada alcoba,
en la que duermen las alondras
de la eterna espera,
alguien enciende un fuego,
como sin pensarlo,
por ver qué ocurre,
y en los campos, al descubierto,
se entretiene 
con las primeras amapolas.


Fernando Alda







de

La Casa de las Tres Chimeneas, 9 / Tristeza

 


Vuelve la tristeza a enamorarte

los tuétanos, a vestir de azul
la sangre, a dejar en las ventanas
un velo de niebla y de ausencia.

Fernando Alda



miércoles, 7 de diciembre de 2022

La Casa de las Tres Chimeneas, 8 / En la lluvia, la bendición

 


Lluvioso el día,

al rayar el alba,
y en la lluvia, la bendición
de los caminos y de las manos,
como el vuelo del corazón
que nos regala
una nueva mañana
para seguir abriendo
esa ventana de cristales 
vacíos y rotos por los que asomarse
al mundo incierto,
para volver a ser,
con el viento,
viaje y esperanza.


Fernando Alda







 

sábado, 3 de diciembre de 2022

La Casa de las Tres Chimeneas, 7 / Se encienden las arboledas






Retorna el viento a las  veletas

del sueño,  a las nieblas
que se asoman a los balcones
del mediodía, y es octubre
y se encienden las arboledas
con el oro antiguo de los atardeceres,
con la luz del oeste
en la edad de la inocencia,
y hay suspiros en los aires
desbocados, en los caminos
sin retorno de la duermevela
en la que se encuentran los racimos
y los frutos que preludian
largos inviernos que solo las brasas
en las que mueren los recuerdos
desangelados pueden redimir,
como si siempre fuese ahora
y tu voz no tuviese nombre.


Fernando Alda Sánchez






jueves, 1 de diciembre de 2022

La Casa de las Tres Chimeneas, 6 / El colirrojo

 


Ese colirrojo tizón

que todas las mañanas
viene a verte,
como un signo de buena voluntad,
de confianza,
como si Dios te lo enviase
para decirte que está contigo,
sosteniendo el desastre que eres,
acompañando tus pasos
vacilantes sobre la arena.
Y el pájaro es, entonces,
la esperanza toda,
como un ensalmo de lluvia,
que viene a encender
tus ojos, tal una candela,
en el umbral tenebroso
de la oscuridad y el abandono.


Fernando Alda