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miércoles, 11 de junio de 2025

Almenaras de sombra, 32

 


Un cuaderno, una estilográfica,
el final de la tarde, en el jardín,
escuchando conversaciones de otros días,
como ahora escucho
el silencio de mi corazón,
que combate, que ama,
y en esta espera, ya sin zozobras,
unos racimos de glicinas,
la memoria de las lilas,
que se fueron hasta la próxima
primavera,
los mirlos, que regresarán en el poniente,
o esa certeza de saber
que no estoy solo,
que Él acaba de abrir
sus brazos y me acoge.


Fernando Alda

Almenaras de sombra, 31

 


Poemas como almenaras de sombra,

en lo alto de las torres,
o en medio de la estancia,
mensajes de sueño,
brasas de memoria, ascuas
transparentes que en el viento
hablan de desasosiegos,
más allá de la noche,
otoño que en las manos
va dibujando jirones de vellocinos
de oro, hojas agonizando,
un esplendor de terciopelos
en llamas, solo ausencias
y abandono que voy recogiendo,
como la lluvia en el cristal,
con la manos.


Fernando Alda

Almenaras de sombra, 30

 



Arboledas al aire, el frescor de la sombra,
el consuelo, álamos, alisos,
abedules, olmos, fresnos,
y el río, que va al mar,
seguro, como segura es la muerte,
prende en mis ojos
una nostalgia por las ausencias,
por los epitafios de todo cuanto se fue,
y es ahora, en este momento,
bajo los árboles, cuando mi canto, 
que es liberación y asombro,
hace arder, entre pavesas o recuerdos,
aquello que fui y hoy entrego,
por fin, a la estación del tiempo.


Fernando Alda

Almenaras de sombra, 29

 


Va julio ofreciéndose en los cielos

altos, y espero una bendición,
o el aire redimido que aventa
mi libertad. Soy mortal,
y dudo, camino,
o escribo entre las amapolas
y los acianos unos versos
desmemoriados, que fueron
de héroes, de la lluvia y la escarcha
o tal vez de la belleza que contemplo
cuando el sol, oro
antiguo, deja sus racimos
en los aleros de los tejados de mi aldea,
como una ofrenda, un don
de sangre enamorada,
y en los cielos va encendiéndose,
sin prisa, la noche.


Fernando Alda

lunes, 2 de junio de 2025

Almenaras de sombra, 28

 



La calandria, solitario testigo
de mi soledad, en el exilio
del mundo, tras lo que ha parecido
una derrota, pero no lo es.
Escribo hoy con un alfabeto
de palabras de búsqueda,
en los senderos de lo eterno
e intangible, a la par que el día
va dejando hilvanados retales de una luz
que parece nueva en las alas
de los vencejos. Esa es la certeza,
la estatura con la que sostengo
lo que viví, el sueño
que es ahora la infancia.


Fernando Alda

Almenaras de sombra, 27

 


La liturgia de las horas

entre las manos, de Laudes
a Vísperas, con el Amado.
Junto a la tapia del huerto, el manzano,
un arriate de azucenas,
agua corriente y una voz desde lo profundo,
como un ventalle de cedros,
desde la sombra interior
de un cántaro.


Fernando Alda

Almenaras de sombra, 26

 





Lirios y alondras, el campo
abierto, sin nieblas,
hasta donde las colinas se encienden
con la última luz de la tarde.


Fernando Alda


Almenaras de sombra, 25

 







El pájaro que te llama en la ventana,
los acianos en las cunetas,
o la lluvia que pierde su libertad
cuando se interna en el canalón,
pudiera ser la vida,
con sus más y sus menos,
mi vida, en estos poemas
manchados de barro,
que a ti, lector, te ofrezco.


Fernando Alda

lunes, 19 de mayo de 2025

Almenaras de sombra, 24

 


Una candelita encendida,

tal una nonada,
pero me basta para decirle a Dios
que aquí sigo, en la tormenta,
para que no se olvide de mi
en la soledad y en la helada.


Fernando Alda




Almenaras de sombra, 23

 




Mas niebla, en mis ojos,
un velo de nubes
en el cuello,
y las manos abiertas,
esperando la bendición
o la ofrenda.


Fernando Alda

Almenaras de sombra, 22

 



Esperando a ver amanecer,

desde muy temprano.
Los dedos fríos, por la helada.
Presiento la nieve que será hogar,
el filo de la luz, el canto de un gallo
que será el aviso.
Todo muy despacio.


Fernando Alda

Almenaras de sombra, 20

 




Si es otoño, y amanece,
oros antiguos,
sangre, el esplendor
de la nada, y aún así
adornarás el fulgor
de este paso.


Fernando Alda

Almenaras de sombra, 19

 



Una cúpula de niebla
sobre los ojos, el velo del luto,
o la sombra del viento,
que te asiste.


Fernando Alda


Almenaras de sombra, 18

 



La mirada, comprender,
o la respuesta que no acabas
de encontrar entre tanto dolor,
pero no la duda.
En ocasiones basta para vivir, 
solo eso.


Fernando Alda

miércoles, 7 de mayo de 2025

Almenaras de sombra, 17

 


Espero, luego creo.


Fernando Alda




Almenaras de sombra, 16

 


La lluvia vela estos pórticos

de piedra, entre las columnas,
el tiempo ha tejido una tela de araña,
hilvanada con retales de memoria.
Acaso un suspiro,
una mirada furtiva,
podría ser el mundo,
o solo el peso de un gorrión,
la levedad de una lágrima
en la mejilla en la que se encienden
los sueños. Así abro
los ojos, tan cansados,
con la ternura de la madre
que ve por primera vez a su hijo,
y escribo estos versos para vivir
sin pensar en la muerte.


Fernando Alda

Almenaras de sombra, 15

 



Agua, por todas partes, agua,
frescor del estío,
la Redención.


Fernando Alda

Almenaras de sombra, 14

 


Un sillón rojo para leer,

un poco de luz,
Horacio entre las manos,
su Ars poetica,
y memoria entre la niebla,
algunos versos
descuadrados en un poema
que se rompió al caerse,
como los pétalos de la última
rosa que ofrecí a la tarde,
todo en silencio, en la casa,
esperando que mi mano
devuelva a la vida
aquello que está deseando ser.


Fernando Alda

Almenaras de sombra, 13

 





Viento de otoño, que arranca
los recuerdos, de cuajo,
como ascuas de fuego,
te invoco para despertar
del letargo, de la lluvia
mortal, del beso de la dama 
de azul, que aún perdura
en el paisaje.


Fernando Alda


martes, 6 de mayo de 2025

Almenaras de sombra, 12



Si aún me emociona
leer un poema cuando la lluvia
persiste en el tejado, o mirar a los ojos a la muerte,
y saber que no tendrá victoria,
si aún soy capaz
de derramar una lágrima
por aquellos que no tienen techo,
si el dolor es como apretar
fuerte en las entrañas, y lo entiendo,
si aún creo que la vida
merece la pena ser vivida,
si todo lo hago por mi Cristo,
por amor,
entonces, nada está perdido,
el color de las flores, el trino de un pájaro
en el alféizar, ese beso que robamos
al amanecer, la tibieza
de una mano sobre la tuya
tras el aguacero.


Fernando Alda

 

Almenaras de sombra, 11

 




La tormenta, como una batalla.
Así la vida. Y luego,
toca recomponer paramentos,
repintar estucos, vidriar
ventanas, retejar
techumbres, encender el fuego,
como hago cada mañana,
para saber que estoy vivo
y que con el humo,
que se escapa por la chimenea,
se marcha algo de mí,
como el fulgor de la hierba
que luego se seca
y es arrojada al horno.
No quedará memoria,
salvo en los cielos.


Fernando Alda

Almenaras de sombra, 10

 


Soy mortal. Estoy de paso.




Fernando Alda


lunes, 21 de abril de 2025

Almenaras de sombra, 9

 



Aletea una calandria en la sombra
del jardín, y es, tal vez,
el grosor de la vida,
la balanza con la que nos pesarán
el alma, el día del Juicio.
Desde ahora pido a Dios misericordia
por los días en los que me alejé de su Casa
y eché en el olvido su presencia.
Solo el esplendor de las glicinas
me devuelve el sosiego,
y la tersa luz de junio,
que se alarga hasta abrazarme.


Fernando Alda

martes, 8 de abril de 2025

Almenaras de sombra, 8

 



Hay días en los que no recuerdo
nada, desmemorias y nieblas,
como si no hubiese sido,
o solo ceniza en los bolsillos,
tal será mi epitafio,
nada, la Cruz desnuda,
el asombro,
ascuas en el corazón de los que me quisieron,
o el paso de la lluvia como un poema
entre las flores.


Fernando Alda


Almenaras de sombra, 7

 



En el mediodía, la luz

desbordada, una mariposa
blanca en el azul transparente
del cielo, cuando escribo
unos versos, apenas nada,
tinta triste sobre un papel viejo,
una arruga más en el reloj,
solo la compañía del silencio,
en oración, Abba,
esperando siempre como el que espera
reflejos en el agua muerta
del estanque, la voluntad
y la bendición de saberme
vivo mientras la tarde llega.


Fernando Alda

Almenaras de sombra, 6

 


Mira el mirlo mi soledad,

la ausencia, la silla de anea
desfondada sobre la que se sienta
el desamparo, y me acompaña
con su mirada, la aureola del abandono
en mis ojos, los harapos
con los que me cubro,
y sigue mirando,
comprendiendo, para que no esté
solo, en esta tarde de junio
en la que el viento se ha ido a dormir
y las estrellas han de dejado de brillar.
El mirlo.


Fernando Alda

Almenaras de sombra, 5

 



Lo eterno, en el fulgor

del lirio, vestido tal Salomón,
en el pajarillo que en enero,
con la helada, busca entre la escarcha
una miga de pan, un pedacito
de galleta, en el parque,
que abandonaron los niños
en su corto juego, mientras el sol
se ponía. Así yo hoy,
buscando entre las azucenas
un retal del alma, un breve
esplendor, el brillo de un vidrio
roto, como si fuese la esperanza.


Fernando Alda

Almenaras de sombra, 4

 




Los senderos del aire, en la distancia,
recordando la lluvia,
quizá la memoria de la niebla,
allí por donde he de regresar.
Así, en ascuas
los ojos, de tanta lágrima,
la melancolía del heno
que habrá de ser segado,
y el cielo, los pájaros
buscando nubes de papel
y espuma. Y volveré.

Fernando Alda


Almenaras de sombra, 3









Cavar en el agua,
cavar en el aire,
como el que cava su tumba ,
sabiendo que lo hace,
mientras el sol se pone,
últimas ascuas en los ojos,
luego solo noche,
sin esperanza, o ausencia
de las ausencias,
el agua y el aire,
que parecen nada,
o la pérdida, una pared
en blanco, la aurora 
sola que abre sus pétalos
para decir mi nombre,
y es memoria en ese instante
lo que no está,
el vuelo de un alcaraván
en la inmensidad de la tarde.


Fernando Alda



viernes, 4 de abril de 2025

Almenaras de sombra, 2

 








II


Canto, canto para que Dios me escuche,
para su solaz, para que sepa
que estoy aquí, tratando
de encender una candela
y pueda verme a través de la tiniebla.


Fernando Alda

Almenaras de sombra, 1

 

Foto: Fernando Alda





          Comienzo hoy la publicación en el blog de un nuevo poemario, con título "Almenaras de sombra" Juzgue el lector de todo cuanto escribo según su sensibilidad y entendimiento y disfrute, si así es su deseo, de estos versos que he escrito con tanta ilusión para Dios y para él.



   



"... dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado"

San Juan de la Cruz




I


La sombra de un pájaro
sobre la cal de la tapia,
en el añil de un cielo que se deshace
con la melancolía de la última rosa
de julio, como esperando
siempre que el agua borre lo escrito
sobre ella. Así me asomo
a la soledad del sendero,
que se pierde entre colinas
y nubes, con la esperanza
del que aguarda
la redención de lo vivido.
Es la altura del mundo, 
no más allá de lo que crece
una amapola,
su peso,
tal el junco que verdea
en ese manantial escondido
del que brota la vida.


Fernando Alda

viernes, 21 de marzo de 2025

Homenaje a Ernesto Cardenal

 


 

Con motivo del Dia Mundial de la Poesía el Área de Cultura del Ayuntamiento de Ávila ha organizado, para hoy, 21 de marzo de 2025, un homenaje al poeta nicaragüense Ernesto Cardenal, en el año en el que se cumple el centenario de su nacimiento. Con este motivo un grupo de poetas, entre los que me encuentro, partiendo cada uno de un verso del propio Cardenal, hemos elaborado, para ser recitados, un poema. Os dejo aquí el mío. El verso de Ernesto Cardenal figura al inicio del poema, en cursiva.




Nos entregaban a la muerte todo el día,

como las ascuas de los recuerdos

cuando van apagándose al caer de la tarde,

presentida la noche con el brillo del primer lucero

o las ausencias que habitan

el alma, sed de infinito,

y es un arcángel de sombra

el que llora mi tristeza

en las tapias del cementerio.

Morir para vivir siempre,

más allá de las estrellas y del desasosiego,

allí donde habita el Amado,

y todo es nuevo, como nueva es la muerte

cada día, contra toda esperanza

hasta donde se adivina lo que alcanzan los ojos.

Y así, en los cielos, los vencejos

escriben con letra de sangre,

en el atardecer,

mientras las amapolas encienden

los campos con la última luz,

tizones que son o lágrimas

al rojo, como está mi corazón

ahora, mientras escribo,

y es poesía la que me abraza.

Fernando Alda



martes, 11 de marzo de 2025

Alfabetos de niebla, y 16

 


Neblinas de memoria,


una lluvia en el corazón,
o solo alcanzar el horizonte
en el sueño de las Perseidas.
El viento, que regresa
como una ola entre las nubes
de la ausencia.


Fernando Alda

Alfabetos de niebla, 15

 





En la noche,
solo una estrella
para iluminar la memoria,
la sola voluntad
que se pierde en la música
que viene del río y del silencio.


Fernando Alda

martes, 4 de marzo de 2025

Alfabetos de niebla. 14

 





Claros de nubes

sobre esas colinas en las que nace la lluvia,
un camino, acianos o amapolas,
la voz de un pozo que regresa del pasado.


Fernando Alda 


lunes, 24 de febrero de 2025

Alfabetos de niebla, 13

 




Aparece tu nombre con el sol poniente

en esa tapia del patio de atrás 
de tu memoria,
ascuas remecidas
o solo un par de versos
que iluminan tus ojos.
Un mapa de tristezas
y la escritura de la melancolía.


Fernando Alda 

miércoles, 12 de febrero de 2025

Alfabetos de niebla, 12

 




El sol enciende los cristales de una ventana 

de tristeza y comienza la vida
en tu corazón vulnerado,
cómo si un tizón de sangre
escribiese en las nubes
el sueño que esperas.

Fernando Alda 




miércoles, 5 de febrero de 2025

Alfabetos de niebla, 11



No es fácil distinguir la arena

del viento o el agua de las lágrimas cuando 
ciega tus ojos, o esperas abrir 
los labios en la tormenta.
Solo el silencio es capaz de discernir 
la Verdad, cuando Dios te habla.

Fernando Alda 


domingo, 2 de febrero de 2025

Alfabetos de niebla, 10




Un salmo, una oración,
Cristo que vive en ti,
y alzas las manos al cielo
con el viento de la tarde
que aviva rescoldos,
el corazón que arde
o la esperanza y la libertad,
por Aquel que ha vencido 
a la muerte.


Fernando Alda 

lunes, 27 de enero de 2025

Alfabetos de niebla, 9




Entre la niebla, la primera escritura,

las figurillas de un Belén,
la infancia nueva
que se abre en tus ojos,
el asombro de mirar todo
cómo recién creado.

Fernando Alda 

lunes, 20 de enero de 2025

Alfabetos de niebla, 8






Un lenguaje perdido


tal rescoldos de una memoria 
olvidada en la arena
o la lluvia que va borrando 
los contornos de las ausencias.


Fernando Alda 




miércoles, 15 de enero de 2025

Alfabetos de niebla, 7

 




Esos versos ajados que abandonamos 

en la ceniza, como flores 
muertas en el hielo,
como un trozo de corazón 
que ha dejado de latir,
y que caen como lo hacen las hojas
encendidas en el otoño.


Fernando Alda 

sábado, 11 de enero de 2025

Alfabetos de niebla, 6

 




En el salmo que entona el viento 


habita la luz del atardecer
en la última montaña,
junto al bosque de sangre
en el que está dibujado el nombre 
de la niebla, la caricia
que al despertar encuentras
junto a la almohada.


Fernando Alda 

jueves, 9 de enero de 2025

Alfabetos de niebla, 5

 





No recuerdo el nombre de la ausencia,

ni el sonido del mar,
tampoco adivino los caminos 
en la arena, en los mapas
del viento, tanta desmemoria 
en mi cabeza que desgobierna el tiempo.


Fernando Alda 

martes, 7 de enero de 2025

Alfabetos de niebla, 4

 




Es ahora el momento del muérdago,


la luz que arroja un beso 
en la inmensidad del bosque,
o es el corazón vulnerado
el que pide auxilio.
¿Hay alguien detrás de la bruma?

Fernando Alda 

sábado, 4 de enero de 2025

Alfabetos de niebla, 3





Con este alfabeto de niebla

escribes el desasosiego de la noche,
allí donde respira la duda
o late la inanición.
Solo un resplandor de pavesas.

Fernando Alda 

jueves, 2 de enero de 2025

Alfabetos de niebla, 2



Devora el fuego la memoria 

en un inútil intento de dejar sus cenizas
en el aire, mientras la lluvia 
lava los trapos sucios en el patio de atrás.
Tanta ruina...

Fernando Alda 

miércoles, 1 de enero de 2025

Alfabetos de niebla, 1

 



La última luz de la tarde
entre los sauces,
lágrimas de oro, una tristeza 
encendida que no tiene
ojos en los que morir.

Fernando Alda