XXVII
Enterraste la memoria
bajo los abedules,
y en la sombra de los tilos
hallaron tu recuerdo,
la mirada de la nieve
y el despertar del desconsuelo.
¿Cómo entender entonces
la volubilidad
del fuego, el aroma
de las palabras o el temblor
de las lágrimas al nacer,
el suspiro inestable
de un corazón vencido?
Fernando Alda
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