En la mirada hacia el este,
la aurora que regresa a su casa
de todos los días,
la ausencia en el corazón,
la dama de azul,
su aliento, mas despiertas,
y es todo nuevo, como la lluvia
que ahora peina la memoria,
y los desvelos, esperando
a que del aire se desprenda
su última luz como una costra,
en la que ahora estás
mirando no sabes bien qué,
en la penumbra y la zozobra,
tal tu suerte, agazapado,
en vela, sabiendo que habrás
de volver.
Fernando Alda
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