Sigues la huella de la lluvia
hasta el límite de la sombra,
muros en ruinas de la luz,
paramentos raídos
por el aire en estas soledades.
Cae la tarde como un telón
de magnolias y sueñas
poder guardar en un vaso,
tal una luciérnaga,
el fulgor de las estrellas,
que sigue viajando y acaso
nunca te alcance.
Fernando Alda
No hay comentarios:
Publicar un comentario