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martes, 20 de junio de 2023

Azul el día, 13

 


13


Retiñe una campana en lejanía

y su bronce es ahora el eco que llama
a seguir mirando el fulgor
de las rosas que se abren al día entre sus espinas,
como el milagro de vivir,
la iluminación de esos labios
que hablan, con la voz debida a los vientos,
de torres muy altas que cayeron,
como la de Siloé,
en la Jerusalén que sueñas mientras
es estío y el agua baja 
escondida en este jardín
que son los adentros.
Al trasluz el mundo parece agotado,
como para extinguirse, y es azul
el brillo de la muerte que espejea
en las colinas, aguardando
la hora exacta, el momento de blandir
su acero curvo que no se hizo para segar
heno oloroso,
sino la sombra que nos acompaña
cuando el sol va vencido y quiere
dormir en la noche que nos alberga.
Pintar quisieras con el alma de la cal
las paredes de tu casa, escribir un poema
triste, beber el vino que preludia
un nuevo otoño y alcanzar,
si fuera posible, en la resistencia
de la tarde, que quiere seguir
esplendorosa y viva,
la luz perdida que dejaste en los caminos,
cuando en el calendario estaba marcada
en rojo la época de la siembra.


Fernando Alda


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