55
La sola espera,
el desamor.
56
Un abrazo de niebla,
como la muerte azul,
que te espera.
57
Una flor de nieve,
un beso de arena,
el agua que se desborda
de los vasos rotos,
como los cielos,
en la amarga ausencia.
58
Ojos encendidos de desasosiego,
la melancolía de los acianos
cuando se secan en ese jarrón
de nubes grises, un espejo
sin imágenes, soledades,
el amanecer que nunca llega.
59
Arde la lumbre en llamaradas
de hielo, como la noche
abierta en la helada,
estrellas encendidas,
las preguntas de la Quimera.
60
Hilvanas las nubes
en las médulas del aire,
cielos inmensos,
como el mar,
las orillas de un desierto
de ausencias.
Con estos poemas termina el azaroso devenir de este "Cuaderno de viaje", que ha dejado sesenta poemas breves, como humildes flores silvestres que han crecido, por efecto del sol y de la lluvia, en las cunetas de los senderos que me han ido saliendo al paso durante estos meses de vida.
Fernando Alda Sánchez
No hay comentarios:
Publicar un comentario