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sábado, 31 de agosto de 2019

Cristo entrega las llaves del Cielo a San Pedro


Una puerta de cristal entre jambas

doradas abrirá esa llave, y allí los testigos
guardarán secreto, en aquella plaza
luminosa de una ciudad imaginada
por el Perugino, de solitarias
arquitecturas y cielos misteriosos,
que ahora contemplas, y quisieras
haber estado allí, confundido,
para admirar el encuentro y retenerlo
en el sueño, mas te conformas
con que en tus ojos una brasa
conserve el esplendor de la pintura.


Fernando Alda Sánchez



"Crimen y castigo"

"Crimen y castigo" es la obra cumbre de Fiodor Dostoievski (Moscú, 1821 - San Petersburgo, 1881), uno de los mejores escritores de la literatura universal. Sin duda se trata de una de las grandes novelas que todo lector que se precie debe haber leído a lo largo de su historia. El libro fue publicado por primera vez en el año 1866.

Es un título poderoso para recomenzar las reseñas de libros tras un periodo estival en el que el blog se ha venido alimentando con mis poemas que, por supuesto, espero que no solo os hayan gustado sino que os hayan conmovido.

Esta novela de Dostoievski, al igual que toda su obra literaria, pone al ser humano frente al sufrimiento, para medir la profundidad de su alma, aun que en este caso, a través del protagonista, Raskolnikof, el autor explora la psicología humana hasta límites insospechados, obsesivos, en medio de un ambiente de miseria en la San Petersburgo de los zares del siglo XIX.

Dostoievski escribe sin concesiones. Su estilo es directo, utilizando el lenguaje como un cuchillo, como un puñal. No hay plasticidad. No hay esteticismo. Solo está el espejo de la vida, en el que se miran los personajes como si se desnudase su alma. El novelista escribe para el espíritu, buscando la profundidad humana, colocando a sus personajes frente a la desgracia, frente al fatalismo de la vida.

No diré más. No desvelaré los entresijos del libro. El relato debe fluir y nosotros con él, adentrándonos en rincones oscuros que tal vez también tenemos nosotros en nuestra conciencia y a los que nos da miedo asomarnos. Genial Dostoievski. Una novela inolvidable.

Hay muchas ediciones de todo tipo de esta novela universal. Os dejo la portada de la que tiene RBA.

Fernando Alda Sánchez







miércoles, 28 de agosto de 2019

El ajusticiado

Si la noche levantó presagios,

si hubo aves agoreras, si le buscaba
la justicia y fue preso en un atardecer
de otoño, y hoy pende de esa encina
seca, nada dicen sus ojos,
ya cerrados, gozo ahora de los cuervos,
ni los leprosos, que visten
su ropa, ni su corcel
que lame sus pies ya negros.
Nadie tuerce la vista a su paso
o evitan ese camino que se tornó demasiado
fatigoso. ¿Encontrará alguien que doliente
descienda ese cuerpo y lo entregue
a la sepultura? Habrá de esperar
a los soles o a las lluvias
para volver al polvo, y hallar
el reposo que le fue negado.


Fernando Alda Sánchez

martes, 27 de agosto de 2019

Ronda de otoño

Únicamente pasea este hombre

en su misterio, solanas
otoñales junto a ermitas que el sol
dora en sus tejados, un cielo con soñar
de aves y temple anaranjado de amarillos
castaños.
Ya nada detendrá la liturgia del ácaro
en las arrugas, y aún así
continúa caminando aferrado a la niebla.
Pisa la hierba, la sombra
fugaz de árboles milenarios,
y con el duro
bastón de avellano dibuja círculos
secos, fechas imprecisas, borrosos
nombres curvados como guadaña.
Y anochecido el claror
de la tarde regresa a poblado:
el humo invita al cobijo,
a entregarse al gozo de suaves
vinos en la ebriedad de la locura.

Fernando Alda Sánchez

lunes, 26 de agosto de 2019

Hoy así sueñas

Dejarte la mirada entre espinas

de belleza, mientras fenece el canto 
del laúd en tus dedos
enfermos, o libación de veneno
embriaga en las médulas: hundirte
sosegado en muerte dulce al tiempo
que arde la luz en el estío.
Vendrá helado el silencio
en el deseo del fin esperado,
cuando flaqueza inflija
dolor, en la tarde hallarán
memoria de tu cuerpo dormido,
quizá inclinado y sereno junto a flores
olorosas, en fresco venero,
y comprenderán por qué cruzaste
la barrera de sombra: hoy así sueñas,
comido de tercianas, en este oscuro
hospital habitado de gemidos y abandono.


Fernando Alda Sánchez


domingo, 25 de agosto de 2019

Carpe Diem




               1


Inflige el tiempo pasión

a las arrugas, y acre
ceniza o veneno espesan tu boca
al saberte uncido a la muerte.
No sonará este día el bronce
en duelo, mas sí tus sienes
conocerán la flor del almendro,
la floja luz del ácido día.



              2


Que colme el vino tus encías,

embriágate de oleosos
perfumes, será tu inmersión
en la marea de los sentidos:
bajo tus pies roen el luto y el azufre
un lecho amollecido de tierra:
húndete, devora, que si tu alma 
no pudo, al fin, ¡goza!


Fernando Alda Sánchez




viernes, 23 de agosto de 2019

Elegía anónima

Sotos de luz última que visten

su paso de doncella y ocultan el livor
lloroso de su rostro: allí
un río de aguas desfallecidas
en el que refleja la amargura
infinita posada en sus labios.
Hilvana la muerte entre las ramas
desnudas de los fresnos,
ve aparecidos recostados sobre corolas
de flores o en el rocío, a veces
canta, lúcida, melancólicas
elegías con voz de sirena:
turbias heces apuró en copa
abrasada de pasiones, esclava
no, antes soledad que prisiones
o jaulas relucientes de triunfo:
conoció el sanguíneo
puñal de la traición,
desprecio de amigos,
como reptil lacerante de veneno.
Hoy busca en la nada
el abrazo final de la tierra.


Fernando Alda Sánchez