22
Son hilvanes de mi vida,
aquellos que sujetan las costuras
de las lágrimas, del dolor,
la duda, las sombras,
el paso del tiempo
que jamás detiene su deseo
de avanzar, aún a contracorriente.
23
Desmemoria de mis huesos,
que olvidaron otros inviernos,
en la tierra fértil que luego habrá de sangrar
cuando sea primavera,
como este pájaro de soledad
que aletea triste en la jaula
de mi pecho de olvidos.
24
Largo es el camino,
lleno de ausencias,
las manos abiertas
en el amanecer de los sueños,
sin hogar, temblando,
puede que ese corazón
que aún te palpita
en el pecho,
roto y desangelado.
Fernando Alda Sánchez
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