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martes, 2 de noviembre de 2021

Cuaderno de viaje, 19, 20, 21

 


19

Se suceden paisajes
desolados, 
ríos, arboledas,
como el agua que eternamente fluye,
desde un tren
sin conductor,
que a ninguna parte lleva.


20

No alcanzo a comprender
estos misterios que el alba
deja en el alféizar
de una ventana de tristeza,
como mi alma,
que no encaja en ninguno 
de los moldes que me ofrece
el mundo: tal vez
por ello vuela en otras alturas,
lejos del humo
y la ceniza de las hogueras
de los hombres.


21

En el asombro se quedaron
mis ojos nuevos,
junto a la hojarasca,
en este otoño perpetuo
en el que de nada sirve llorar
o hacerse el muerto.


Fernando Alda

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