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viernes, 24 de marzo de 2023

Azul el día, 2

 

Como si siempre fuera a amanecer,


así la paz interior que habita los ojos
huecos, gastados de tanto ver
las cenizas de la luz derramarse
sobre ese paisaje que el viento
dibuja con su canto de sirenas
enamoradas, plata vieja
que de lágrimas viste la sonrisa
de un sol que arde en el cenit
y es nostalgia y asombro,
memoria de un otoño sin rostro
que se ha instalado en la morada
fría del alma, rota
encía en la que nace un lirio
de oro, acaso una perla
hallada en el fondo de un mar
muy lejano en el que habita,
desolado, un ser de dolor y lágrimas,
el solo nombre de la tristeza.


Fernando Alda


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