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domingo, 7 de junio de 2020

Carta de mi hija




       Mi hija Elvira me ha escrito este texto por mi cumpleaños. Es una pequeña complicidad entre escritores. Por eso quiero compartirlo con todos vosotros.
F.A.

Es una tarde de lluvia interior, pero el cielo apenas está nublado. Es una tarde de aquellas en las que te dejas llevar por el murmullo de tus pensamientos y das rienda suelta a las reflexiones. Hoy, querido padre, mi mente evoca recuerdos desde la más tierna infancia hasta el mismo presente que vivimos. En la memoria perviven mis comienzos en el arte de la literatura, los pequeños pasos que di hacia una nueva realidad con tu mano como guía, descubriendo los secretos de la pluma, la tinta y el papel ocultos en mi esencia. Un regalo que llevas en tu sangre y yo en la mía, que en mis manos brota en forma de historias.


En estos momentos reflexiono sobre lo importante que es para nosotros el deleite de la escritura. Es nuestro mundo, un mundo único y singular que nadie más podría comprender. Una vez te lo pregunté, en una de nuestras charlas de literatura: “Papá, ¿no sientes en tu alma esa agitación, esa sensibilidad cuando fluyen las palabras?”.


Hemos sido dotados con la visión de aquello que nadie más es capaz de ver. Un escritor aprecia detalles más allá de los sentidos. Podemos ver el fuego que prende la lluvia, estremecernos con los rugidos de las montañas, sentir el respirar de los libros, llorar por los lamentos de los árboles, escuchar el cántico de los corazones. En nuestro mundo resplandece la luna cuando gobierna en el día y el sol pugna por invadir la noche. Los jardines se abren ante nuestros ojos, habitados por bestias sobrenaturales que muestran el camino y hermosas hadas que recitan nuestros versos. La inspiración impulsa nuestros pies y corremos por verdes praderas. Nos asomamos a los acantilados en busca de nuestra propia alma. Un mundo más allá de lo onírico, más allá de lo irreal.


Llevo toda mi vida a tu lado, pero, padre, ha sido en el momento en el que he descubierto mi verdadero ser cuando he podido comprender más lo que sientes en tu corazón. El mundo de cada escritor es único e inalcanzable, pero podemos entender el del otro, porque nos mueve esa chispa creadora que plasma nuestras visiones. No es un mundo triste y desolador, aunque en ocasiones dé lugar a batallas que devoran los verdes prados y tiñen de sangre el atardecer, pues es donde somos como realmente Dios nos hizo, y podemos mostrar una pequeña parte de este por medio de nuestras palabras. ¿No te parece maravilloso poder sentir lo mismo de tus personajes y la emoción de las historias? ¿No es una belleza inhumana presenciar cómo cobran vida los versos en tu mano?


Dios quiso que contempláramos este mundo para contarle a las personas lo que nosotros somos capaces de ver, a pesar de que solo tenemos la capacidad de mostrar un reflejo de este. Habrá personas que se fascinarán y otras que no entenderán nuestras visiones, pero eso no nos afectará. Podremos vivir en él y nadie jamás podrá arrebatárnoslo. No sé a dónde me conducirá mi escritura ni qué me deparará el futuro, solo espero que llegue adonde llegue estés tú conmigo. Mientras tanto, seguiremos con nuestras conversaciones de literatura.


Te quiero, papá. Gracias por ser mi mentor y por apaciguar mis tormentas.


Elvira Alda Peñafiel

2 comentarios:

  1. No hace falta decir lo orgulloso que te sentirás. Es una carta preciosa y emotiva, me encanta. Preciosa regalo de cumpleaños. Me siento unida en esa complicidad de escritores. Que ganas de veros. Un beso enorme y cómplice para los dos.😘

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    1. Hola, Mayte. Gracias por la complicidad que demuestras entre escritores. Es un lujo contar con tu amistad. Estoy orgulloso de mi hija y de los amigos que tengo. Un beso enorme

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