El reflejo del sol en el agua,
espejo infinito,
devuelve sueños,
versos de Píndaro,
la voz de Homero,
gestas que fueron y hoy son sombra
de cenizas,
bajo los muros de Troya
o Argos, en la victoria
alada
que se asoma por las tapias de la mañana.
Ya de nada sirve recordar,
un dédalo de islas frente a tus ojos,
la proa contra el viento y la marea,
en un mar desolado
en el que crecen las hespérides del olvido.
Fernando Alda
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