VIII
Llaman las campanas de una torre
solitaria al Ángelus, cuando se acaba
agosto y esa luz última que arde
en las alas de los pájaros, cuando vuelven,
ya no nos dejará más su sombra.
Caído en el camino,
miras los oteros desvanecerse,
presintiendo la lluvia que habrá de venir
para quedar muerta, ya en otoño,
con los nuevos amores.
Fernando Alda
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