Hogar del fuego,
la madrugada de las ascuas,
un origen ígneo que habita
en esta Casa de las Tres Chimeneas,
ahora que comienza
otoño y el viento devuelve
ecos de estrellas y de racimos,
cuando es la noche
y en su fondo duerme
ese latir de tu corazón
que sueña, en campo
abierto, con el despertar
de la belleza de la aurora,
con esa ínsula
que es tu voz
al recitar estos versos,
mientras escribes, y en la ventana
se enciende la lluvia
en un melancólico adiós.
Fernando Alda
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