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jueves, 7 de abril de 2022

Las alas de Ícaro, 15

 


XV



Tanto miedo. En el jardín

de casa hay sombras de otoño,
como muriendo, la voz del mar,
que no calla, y viene de tan lejos
a vivir en estas alturas
en las que el cielo
se confunde con los iris
en la mirada,
y tocas con la punta de los dedos
las nubes una vez más,
esperando ser como ellas,
que vuelan, sin hogar o raíz,
mecidas por la libertad del viento.
Cómo volver a lo que no has sido,
a recobrar el pulso
escondido en las mareas de la vida,
en los altibajos de la sangre,
y seguir mirando cómo caerá
la nieve en las desnudas ramas que ya sueñan
con una nueva primavera.


Fernando Alda

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