Crece la sombra de la ruina
cuando
caminas por lo que fue Nínive,
recuerdo de Jonás, bajo el ricino,
y de los reyes antiguos
que alzaron sus murallas doradas.
Hoy todo es silencio,
como en otras partes muertas,
mientras desde el jardín de casa
evocas ciudades que ardieron
y fueron destruidas, Cartago,
en esas ausencias, o Troya,
como la noche
más profunda habitando la memoria,
lo que el viento esparce
frenético por los caminos
y nunca regresa.
recuerdo de Jonás, bajo el ricino,
y de los reyes antiguos
que alzaron sus murallas doradas.
Hoy todo es silencio,
como en otras partes muertas,
mientras desde el jardín de casa
evocas ciudades que ardieron
y fueron destruidas, Cartago,
en esas ausencias, o Troya,
como la noche
más profunda habitando la memoria,
lo que el viento esparce
frenético por los caminos
y nunca regresa.
Fernando Alda
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