El polvo que mueven los hombres
cuando limpian su morada
no será ya más compañero
del viento en los caminos,
ni regresará a la tierra de la que procede,
ni señalará el paso del tiempo
o cubrirá memorias.
Polvo olvidado, polvo huérfano,
polvo triste
sin salida, humilde
polvo que el mundo desprecia
y nadie atesora.
Regreso al polvo que soy,
al origen de todos los hombres,
a la raíz del ser, a la cárcel
perdida del polvo
en la que cautivo
no encuentro redención.
Fernando Alda
No hay comentarios:
Publicar un comentario