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miércoles, 23 de diciembre de 2020

Lejos

 


Lejos del placer, de aquello


que no duele, vives en lo que perdura
incesante como tormento
cruel, un prolongado
abandono, la rendición
de un ejército
cautivo. Esos son los deseos
que se te aparecen, espectrales
visiones de plomo
candente, son las ideas
con las que convives,
apesadumbrado,
como temiendo lo peor
en cada salto de página de esta historia
que te ha tocado vivir,
pendiente siempre de un reloj
engañoso que no cuenta las horas,
solo los naufragios, el inmerecido
despertar en la noche.
Maldito el recuerdo si de ti
hiciera una esfinge,
el aliento de un dragón dormido:
solo el futuro es posible,
hay que salir del letargo
letal de la costumbre,
y buscar la euforia de lo que tendrá
que ser y viene a tu encuentro.
Ahora, justo ahora.

Fernando Alda



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