es fuego, y ahora tu cuerpo,
Señor, en comunión
intima, que se deshace
en mi boca. No simple
trigo, es tu manera
de partir el pan,
la cena, la última cena,
mas no el último amor,
vencida la muerte,
amor extremo,
en el Reino en el que no hay
ocaso. La harina moldea
el agua, es luz sin tiniebla,
un continuo esplendor.
Fernando Alda Sánchez
No hay comentarios:
Publicar un comentario