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miércoles, 14 de agosto de 2019

"Vida y fugas de Fanto Fantini"

Los libros y los lectores se buscan, nos buscamos, aunque hay ocasiones en las que el laberinto de la biblioteca nos pierde, a unos y otros, y parece difícil, cuando no imposible, encontrarnos, o volver a encontrarnos, aunque finalmente el viaje suele terminar con un feliz suceso. Don Quijote diría que es cosa de encantamiento, y a mí me parece que así es. Eso me estaba ocurriendo hasta ahora con el libro que hoy traigo a colación a este blog, tras unos días en los que no han aparecido reseñas, pues nos llevábamos buscando quizá desde el inicio de esta aventura digital, desde sus primeros días. Hoy nos hemos reencontrado.

"Vida y fugas de Fanto Fantini de la Gherardesca", quizá una de las mejores novelas, si es que así se puede calificar este relato, de Álvaro Cunqueiro (Mondoñedo, 1911 - Vigo, 1981, España). Cunqueiro es uno de esos escritores inclasificables que llenan de sorpresas la historia de la literatura y hacen de la misma un lugar de abrigo, un remanso de imaginación, un lugar delicioso para la lectura. 

Fanto Fantini es un personaje imaginario que nos traslada a los orígenes del Renacimiento, en Italia, cuando la Edad Media aún se resiste a morir del todo. Es un condottiero, un capitán, (y me recuerda siempre la magnífica escultura del condottiero Bartolomeo Colleoni, en Venecia, de Verrochio), experto en fugas, con una vida misteriosa y apasionada que se va dibujando con las pinceladas que el escritor traza y con los fieles personajes que le acompañan, como su criado Nito, Remo, su perro, y su caballo, Lionfante.

La novela es un derroche de imaginación, de lenguaje plástico, de destreza narrativa, en la que confluyen todos los elementos del mundo de Álvaro Cunqueiro, del mundo mágico y alucinado que los escritores gallegos llevan en el alma.

Fanto es más bien un antihéroe, o un héroe trágico, más que un héroe, al que enseguida ponemos en nuestra propia imaginación y al que acompañamos en sus desventuras, pues quizá tenemos todos algo de él en nuestra propia vida.

Recomiendo, como hago siempre, su relectura, o su lectura, en la conciencia de que estamos ante un libro que no nos va a dejar indiferentes por su riqueza literaria, por las puertas que abre en la realidad para transportarnos en un viaje a otro momento histórico, o simplemente por tener noticias de este condottiero italiano que solo la frescura narrativa de Cunqueiro ha podido crear para nuestro deleite.

Traigo la reproducción de la portada de la edición de Destino, en Destinolibro.



Fernando Alda Sánchez

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