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viernes, 31 de mayo de 2019

"Castellio contra Calvino"

"El  mosquito contra el elefante". Esa es la anotación que  Sebastián Castellio realizó en el ejemplar de su polémica contra Calvino, ejemplar que fue encontrado en la biblioteca de Basilea. Así nos lo cuenta Stefan  Zweig (Viena, 1881-Petrópolis, Brasil, 1942) en la introducción de su libro "Castelio contra Calvino", cuyo subtítulo define perfectamente la obra: "Conciencia contra violencia". Con ambas expresiones está dicho todo, definida perfectamente la esencia de este ensayo que supuso la revisión de la controversia entre Castellio y Calvino, es decir, la libertad espiritual del primero frente a la violencia que ejercía desde el poder el segundo.

Se trata de un libro inquietante, creo que de obligada lectura, frente a toda intolerancia, frente a toda imposición, pues resulta una bandera de libertad frente a cualquier totalitarismo.

"Por eso es inútil que los gobernantes crean que han vencido al espíritu libre por haberle sellado los labios, pues con cada hombre nace una nueva conciencia y siempre habrá alguien que recordará la obligación espiritual de retomar la vieja lucha por los inalienables derechos del humanismo y de la tolerancia. Siempre habrá algún Castellio que se alce contra cualquier Calvino, defendiendo la independencia soberana de la opinión frente a toda violencia ejercida desde el poder". Así termina Zweig este ensayo.

Estamos en plena Reforma, en el siglo XVI. Y esta controversia bien puede viajar en el tiempo hasta nuestros días, en los que hay tantas amenazas para la libertad de conciencia y de opinión, tantas dictaduras encubiertas de pensamiento único. Por eso digo que se trata de un libro clarividente, de lectura obligatoria.

La reconstrucción histórica de la época, en la que el español Miguel Servet, que por supuesto aparece en estas páginas, terminó en la hoguera, la riqueza de la escritura de Stefan Zweig, la lucidez de su enfoque y la facilidad narrativa, ya de por sí resultan atractivos más que suficientes para adentrarse en este libro. Si a ello le añadimos la potencia de los personajes históricos y la profundidad de la polémica que describe, entonces bien podemos decir que estamos ante una obra maestra. De esas que nos remueven las entrañas espirituales, que nos llevan al desasosiego, y nos vuelven del revés. Por supuesto es un libro para no olvidar, para tenerlo en la mesilla de noche de nuestra conciencia y de nuestros sueños como seres humanos. Un libro para releer, como todos los de este blog, pues quizá su espíritu nos acompañe todos los días.

Recomiendo la edición de Acantilado, con la traducción de Berta Vias Mahou, Barcelona, 2001. No os va a defraudar. Os dejo su portada.


Fernando Alda Sánchez




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