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miércoles, 22 de abril de 2020

Arrabales de la vida



Es el momento ahora de proclamar

tu ausencia, el no haber estado
en la situación precisa,
el no haber sido impulso
o sostén, viviendo
en los arrabales de la vida,
sin compromiso, lavándote
eternamente las manos.
¡Cuánta soledad has repartido
en todos tus adioses! Era acaso
siempre una despedida,
ofreciendo la espalda a cada esperanza,
marchándote y dejando un fruto de tristeza.
Lágrimas hay para no perdonarte
nunca tal desvarío,
ese desencajarse del corazón
desilusionado que no es capaz
de hallar consuelo ni olvido,
alejándote en cada petición,
en cada ruego, solo un rastro
de vacío, ni siquiera nostalgia,
pues no sería posible encuentro
alguno, solo sal,
abismos, desfiladeros,
una lejanía incesante
que habrá de ser suficiente
para desterrar tu nombre.

Fernando Alda Sánchez
         

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