A Manuel
Solo el cielo azul
en el que imaginar la vida,
como un espejo, azogue
intenso. Aves te traen,
aminorada,
memoria del exterior,
hasta este ventano de tu celda,
donde morir es la existencia,
y la libertad, utopía.
Y sin embargo,
no es como estar ciego,
alumbran las nubes
el resplandor de la luz,
la noche y el día,
las estaciones sucesivas,
y una estrella fugaz
es viaje suficiente
a islas y paraísos
perdidos, cuando lo oscuro
reina y prisionero de la noche
te abandonas al sueño.
Es consuelo la lluvia,
amparo la nostalgia,
y hasta la nieve
adorna la visión
cuando no es posible
más que el aire,
vientos y aromas
que dan nombres al mundo,
dimensiones precisas
a lo que únicamente puede ser soñado.
Es posible vivir
imaginando, el universo
ocupa tus manos
como el océano sus orillas,
arde la voluntad
como una llama,
y te sostiene.
Fernando Alda Sánchez
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