Tenía referencias de él desde mi época de estudiante en la Universidad. Deseaba acercarme a su obra. Por fin puede hacerlo, muchos años después, gracias a la magnífica edición que ha realizado de su poesía comprendida entre los años 1961 hasta 1973 Clara Janés, para la Editorial Siruela. Por cierto, que este libro está hermosamente editado. Sin duda, es un lujo poder contar con él tanto por la belleza de la poesía de Cirlot reunida en él, como por la edición material llevada a cabo por Siruela. Recientemente he leído, en la misma editorial, la recopilación de su ciclo dedicado a "Bronwyn", la doncella que renace de las aguas, poesía simbólica, de un misterio sobrecogedor que no deja indiferente a aquellos que aman la buena creación literaria.
Otro tanto ocurre con el "No mundo", que abre puertas y fronteras espirituales, y cierra otras por los arcanos que deja en la memoria del lector.
Inevitable citar aquí su "Diccionario de símbolos", reeditado por Siruela también, que nos pone en el marco intelectual y cultural de su autor. Por cierto, un libro misterioso, bellísimo, profundo, que hay que ir descubriendo poco a poco y que constituye, a mi entender, una obra esencial para aquellos que quieran entender el significado de cuanto nos rodea y nos permite expresarnos.
Poesía del ser, poesía misteriosa, de una rara belleza, simbolismo en su raíz y en su ejecución, quizá toda la alquimia que permite el lenguaje, desde la poesía tradicional hasta la más radical vanguardia. Y todo ello dentro de un Cirlot que fue no sólo poeta, sino también crítico artístico y lierario, músico, un buscador de símbolos en nuestro paisaje espiritual.
Os dejo estos versos de su libro "Non serviam", de 1972, pertenecientes al poema titulado
"El ángel";
"Los superpuestos rostros de la imagen
tienen los mismos ojos transparencias
del cielo que miradas iluminan
de los iguales rostros desiguales.
Son contactos cercanos, lejanísimos,
de corazón color de pensamiento;
a veces son estrías materiales
halladas en el hueco de un momento".
Esta es la portada de la edición de Siruela de la que os he hablado. Merece la pena.
Fernando Alda Sánchez
Un libro maravilloso de un autor maravilloso
ResponderEliminarEs una poesía misteriosa, simbólica, hermética... inclasificable
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