Buscar este blog

martes, 11 de junio de 2019

Derrotado sendero

Lanzas herrumbrosas, acero

vencido, túmulos que recuerdan
gloriosas gestas de titanes y héroes,
son ahora el derrotado
sendero en el que pasta
insomne el ganado,
la dura cerviz del carnero,
mansas ovejas, toros
alados de asirio
origen, bestias de afiladas
pezuñas que hollan
el honor de tanta contienda.
Laurel coronó un día
glorioso lo que hoy es retama
vulgar que devoran los bueyes,
son las cenizas de los dioses las que la tormenta
arrastra ladera abajo en estas colinas
resecas, como Bóreas
despeina la melena de los álamos
en cruento combate,
y es el véspero el que porta la ofrenda
que habrá de consumirse
en los altares turbulentos de la noche.
No hay reposo para estos huesos
quebrados y malditos que aparecen
entre los guijarros, entre los tallos
atormentados del tomillo,
bajo la flor morada y lúcida
del cantueso, junto al brezo
casi milenario que abraza
el rigor del granito,
la pulcritud del romero
que aroma con intensidad
redoblada el eco del viento
que habla, entre transparencias,
de espadas, escudos y hazañas.
Aquí yace, entre la lejanía y el acónito,
el yelmo del sol, el fulgor
de los muros que fueron
admiración, el destello
de tanta armadura, la caída
estrepitosa de los reinos.
No habrá de volver a nombrarse
bajo los arcos de triunfo el resplandor
de las corazas doradas de los jinetes,
ni habrá aclamaciones,
sólo lamento, que arderá
eterno en las piras funerarias del ocaso.


Fernando Alda Sánchez





No hay comentarios:

Publicar un comentario