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jueves, 6 de junio de 2019

"Las cenizas de Ángela"

Probablemente no he leído en mi vida un libro escrito con mayor ironía y ternura a la vez que "Las cenizas de Ángela", de Frank McCourt. Creo que el ejemplar que tengo en casa me estaba llamando desde hace días desde el anaquel en el que se encuentra en la biblioteca para que lo sacase de allí, lo desempolvase, abriese sus páginas  y le diese  nueva vida digital en este blog.

Nunca podré olvidar "Las cenizas de Ángela". Sin duda, esta novela autobiográfica de McCourt está muy dentro de mi corazón y de mi memoria. Recuerdo que lo estaba leyendo cuando nació mi primer hijo, Manuel. Quizá eso también ha influido a la hora de tener un hueco destacado en la biblioteca del alma que cada uno tenemos dentro.

Si no habéis leído a Frank McCourt y sus "cenizas" no podéis imaginar como se puede contar el mundo triste y terrible que rodea a un niño (el propio autor), pues en el abundan las desgracias y el abandono, con tanto sentido del humor, con tanta ternura, con esos ojos nuevos que sólo pueden tener los niños, que descubren un mundo hostil y complicado a través de la figura de su madre, que enmarca el relato. Y si lo habéis leído, pues es casi obligatorio leer la continuación de la autobiografía del autor, con "Lo es", que mantiene el hilo narrativo con la misma destreza que la primera entrega. Tengo la suerte de tener dedicados por el autor ambos libros.

Irlanda, Limerick, la pobreza nos puede descubrir la alegría de vivir, de sentirse vivo, de luchar a diario, sin dejarse vencer por la adversidad. Se trata de una gozosa lectura, absolutamente recomendable para descubrir que el ser humano, gracias al amor al prójimo, no tiene límites.

En el segundo párrafo del primer capítulo esribe el autor que "cuando recuerdo mi infancia me pregunto cómo pude sobrevivir siquiera. Fue, naturalmente, una infancia desgraciada, se entiende: las infancias felices no merecen que les prestemos atención". Sin embargo, la verdadera dimensión del relato está en la narración misma, en la forma de enfocar los asuntos sobre los que se habla.

Leí "Las cenizas" en una edición cedida por Maeva para la Colección de Nueva Narrativa de RBA, Barcelona, 1999. Os dejo la portada de la edición de Maeva. La foto que figura en la misma lo dice todo.




Fernando Alda Sánchez



   

2 comentarios:

  1. Lo leí hace muchos años... y todavía huelo lo que sería Limerick... nombre que no se me ha olvidado... Impresionante por la crudeza de la realidad... Gracias por traerlo a la memoria...

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  2. Es hermoso compartir lecturas que nos han dejado una profunda huella. La belleza no tiene límites, aunque provenga de la fealdad. Muchas gracias, Raquel, por compartir tu opinión.

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