1
Un río de jaspe fluye entre los cielos
blancos, roza apenas los cipreses
altivos y lacrimeantes, y sobre los templos
ejerce una pulsión de sangre: el agua
pasa y fecunda las sementeras.
2
Entre los canales el ardor anaranjado
y pútrido del último sol, desleídos
pétalos de claveles o sombra de labios
anhelantes, un fulgor de topacios
deseados: la ciudad se adormece.
3
Etéreas las colinas que esconden
la luz herida, venablos y saetas de mano
enemiga alcanzaron al ocre corzo;
tinto el oro de púrpura extingue el vuelo
de las nobles aves: lejos el horizonte.
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