Regresa con la luz de los gallos,
las tapias aún adivinadas
en la memoria: este mismo barro
que pisara una vez.
Dentro duermen todos, ahora el sueño,
y el pozo donde se perdieron
estrellas; todavía no entrará,
el humo habrá de levantarse en señal
de vida, luego el abrazo.
Fernando Alda Sánchez
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